sábado, 29 de julio de 2017

Surgimiento del Estado nación. Argentina (1806-1852)

Surgimiento del Estado nación (1806-1852)
Retrato de José de San Martín. 1828
En 1806 y 1807, en el marco de las Guerras Napoleónicas que tenían lugar en Europa, tuvieron lugar las Invasiones Inglesas al Río de la Plata. Sir Home Riggs Popham y William Carr Beresford encabezaron la primera, que desembarcó en la zona de Quilmes y tomó el control de la ciudad de Buenos Aires durante 45 días hasta su expulsión por parte de un ejército proveniente de Montevideo encabezado por Santiago de Liniers. En 1807 un segundo ataque aún más grande (de aproximadamente 8000 soldados), encabezado por John Whitelocke, logró ser resistido exitosamente.
El conflicto tuvo consecuencias políticas importantes: se creó un quiebre del derecho institucional vigente en el virreinato; el virrey Rafael de Sobremonte fue destituido por huir durante la invasión, y el victorioso Liniers fue electo por aclamación popular, sin intervención directa del Rey de España. Además, durante el segundo conflicto, los soldados disponibles eran insuficientes y no se podía contar con el auxilio de la metrópoli, por lo que varios sectores de la población habitualmente postergados recibieron armamento y mando de tropas. Esto les permitió tener una mayor injerencia en los asuntos de la vida pública. Entre ellos se destacaba el Regimiento de Patricios, compuesto por criollos y comandado por Cornelio Saavedra.
La Independencia de los Estados Unidos (1776), la Revolución francesa (1789) y las nuevas ideas de la Ilustración, se combinaron con las tradiciones de lucha de criollos, indígenas y afroamericanos contra el Imperio español para impulsar las ideas de libertad, igualdad e independencia en Latinoamérica.
La Revolución de Mayo de 1810 destituyó y expulsó al Virrey Baltasar Hidalgo de Cisneros, y proclamó, tras un Cabildo Abierto, el primer gobierno formado mayoritariamente por criollos en las Provincias Unidas del Río de la Plata, denominado la Primera Junta. Entre 1810 y 1820 se sucedieron dos juntas de gobierno, dos triunviratos y el Directorio, una forma unipersonal y centralista de gobierno. En este período, la principal preocupación de los gobiernos era consolidarse internamente y enfrentar la resistencia de los Ejércitos realistas en América (defensores del statu quo y del mantenimiento de los lazos que unían estas regiones a la corona española). En 1816 se declaró la independencia de las Provincias Unidas de América del Sur en el Congreso de Tucumán.

Campaña libertadora y guerra civil
José de San Martín, Manuel Belgrano, y Martín Miguel de Güemes fueron algunos de los principales comandantes patriotas en la guerra de independencia. A Manuel Belgrano se le encargó la dirección del Ejército del Norte y, aunque fue derrotado por las fuerzas realistas, sentó las bases para que luego el Paraguay formase un gobierno propio, en 1811. En 1812 creó la bandera de la Argentina y dirigió el Éxodo Jujeño, tras lo cual se impuso a los españoles en las batallas de Tucumán y Salta.
En 1816 José de San Martín organizó el Ejército de los Andes conformado por 4000 hombres y, desde 1817 hasta 1822, encabezó las campañas libertadoras que llevarían a la independencia de Chile y Perú. Contemporáneamente, Simón Bolívar independizaba a la Gran Colombia, completaba la independencia de Perú y liberaba a Bolivia (1824), el último bastión del dominio español en Sudamérica.
El Estado argentino considera a San Martín como el mayor héroe militar de su independencia y lo honra con el título de "Padre de la Patria".
Desde antes de 1820, unitarios y federales se disputaron el gobierno y la economía del país a través de una serie de guerras civiles. Con la Batalla de Cepeda, un triunfo federal, comenzó el Período de las Autonomías Provinciales; la unión entre las provincias sólo se mantuvo gracias a los llamados "tratados interprovinciales". Las luchas internas entre las provincias —en general, las del interior contra-Buenos Aires se mantuvieron por más de 60 años. Los caudillos provinciales dominaron el mapa político a mediados del Siglo XIX, dirigiendo grandes ejércitos propios, y en muchos casos gobernando sus provincias.
Entre 1820 y 1824 gobernó Buenos Aires Martín Rodríguez, cuyo ministro Bernardino Rivadavia realizó históricas reformas (como la primera ley electoral en 1821, aplicada sólo a la Provincia de Buenos Aires) y con el fin de incrementar las arcas del Estado firmó un empréstito con la Baring Brothers y se apoderó de todos los bienes que pertenecían a las órdenes religiosas, incautó los bienes propios del Santuario de Luján, de los de la Hermandad de Caridad, del Hospital de Santa Catalina y otros.31 En defensa de los bienes de la Iglesia católica en Argentina y el anticatolicismo de Rivadavia el 19 de marzo de 1823 estalló la "Revolución de los Apostólicos" encabezada por Gregorio García de Tagle pero fracasó después de varias horas de lucha.
Los despojos arbitrarios y unilaterales de la administración rivadaviana junto con el rol de la Iglesia Católica en la génesis de la nacionalidad argentina son causa de la reparación histórica que fundamenta el actual sostenimiento del culto católico en la Argentina, reglamentado por la Ley 21.540 sobre la "Asignación a determinados dignatarios pertenecientes al Culto Católico Apostólico Romano". 32
En 1824 Juan Gregorio de Las Heras sucedió a Rodríguez como Gobernador de Buenos Aires, que reunió el Congreso, por el cual se pretendió unificar el país.
En 1825, con el apoyo del gobierno argentino, un grupo de orientales y de otras provincias, llamados los Treinta y Tres Orientales y liderados por Juan Antonio Lavalleja, ingresó en la Provincia Oriental para desalojar a los ocupantes brasileños quienes, con la posterior ayuda de Fructuoso Rivera, en pocos meses lograron retirar al ejército brasileño y el 25 de agosto, en el Congreso de Florida, declararon la independencia del territorio oriental del Brasil y su unificación con las demás provincias que conformaban las Provincias Unidas del Río de la Plata o Argentina. Brasil declaró la guerra a Argentina. En 1826, el Congreso nombró presidente a Rivadavia, de tendencia centralista, que continuó con la política económica librecambista que venían llevando adelante los gobiernos porteños, y que tiene su base en las ganancias que genera el puerto de Buenos Aires.

Las islas Malvinas con bandera argentina (1810-1833)
La Argentina sostiene que con su independencia, heredó los derechos de España en virtud de la doctrina del uti possidetis iuris y de la de «sucesión de estados», por lo que ejerció un «dominio eminente» a partir de 1810. Al reconocer España la independencia argentina en 1859, cedió explícita y retroactivamente al 25 de mayo de 1810 sus derechos sobre el territorio argentino, que incluirían a las Malvinas.36
El 6 de noviembre de 1820 el coronel estadounidense al servicio de las Provincias Unidas del Río de la Plata, David Jewett, al comando de la fragata Heroína realizó en Puerto Soledad la toma de posesión de las islas Malvinas en nombre del Gobierno de esas Provincias Unidas, que era el nombre de la Argentina usado en aquel entonces.
Jewett hizo izar por primera vez la bandera de Argentina en el territorio y repartió comunicaciones al respecto a los cazadores de lobos marinos y de ballenas, que de varias nacionalidades estaban allí presentes. El explorador británico James Weddell fue testigo del hecho.
La noticia tuvo difusión en la prensa de Europa. Las islas quedaron bajo pacífica posesión de las Provincias Unidas hasta la ocupación británica de 1833.
El 2 de febrero de 1825 el Reino Unido firmó un tratado de amistad, comercio y navegación mediante el cual reconoció la independencia de las Provincias Unidas y, naturalmente, la existencia de un ámbito territorial propio de ella, incluyendo las Malvinas, que habían tomado posesión en 1820, y ejercido otros actos de soberanía incluyendo el nombramiento y la instalación de autoridades.42 43 44 38 Además se debe sumar que en el trado el Reino Unido no expresó pretención alguna a las islas45 y que el tratado implicó la admisión de las consecuencias jurídicas de tal reconocimiento.38
El 10 de junio de 1829, con el fin de reforzar la presencia del Estado argentino, el gobernador delegado de Buenos Aires, Martín Rodríguez, y su ministro Salvador María del Carril, por intermedio de un decreto ley crearon la Comandancia Política y Militar de las Islas Malvinas y adyacentes al Cabo de Hornos en el Mar Atlántico, con sede en la isla Soledad y con jurisdicción sobre las islas adyacentes al cabo de Hornos que dan hacia el océano Atlántico Sur. Luis Vernet fue el primer titular del cargo.
El 5 de febrero de 1830 nació en Puerto Soledad Matilde Vernet y Sáez. Hija de Luis Vernet, fue la primera persona de la que se tenga registro en nacer en las Malvinas y primer descendiente de argentinos antes de la ocupación británica del territorio en 1833.46 47
Artículos principales: Toma de posesión argentina de las islas Malvinas, Historia de las islas Malvinas, Comandancia Militar de las Islas Malvinas y Comandancia política y militar de las Islas Malvinas.
Presidencia de Rivadavia y guerra con el Brasil (1826-1828)
Retrato de Bernardino Rivadavia, durante su estadía como enviado diplomático en Londres
En 1826, los representantes de las provincias de la antigua unión se vieron en la necesidad de reunirse para lograr un frente unificado contra el Brasil. Rivadavia, de trayectoria diplomática en Europa y conocida su obra como Ministro de Gobierno de Martín Rodríguez, fue electo presidente por treinta votos contra cinco. Durante su mandato encaminó a las Provincias Unidas a su unidad, anhelada por él, y necesaria en el momento.
El 9 de febrero de 1826 año, el Presidente envió al Congreso el proyecto de Ley de Capital, pues para gobernar el país necesitaba un espacio territorial desde donde hacerlo. Fue aprobado por 25 votos a favor. En contra, se manifestaron 14 votos. La ley establecía como capital del estado a la ciudad de Buenos Aires, ampliando sus límites territoriales. La capital no estaba sujeta a la subordinación de la provincia. Con el resto de Buenos aires, se creaba una nueva provincia, que perdía su ciudad cabecera, su puerto, y por lo tanto sus ingresos económicos más fuertes.
Otra ley fue la de creación del Banco Nacional, cuyo nombre oficial fue Banco de las Provincias Unidas del Río de la Plata, con un capital de 10.000.000 de pesos. Éste se integraba con 3.000.000 provenientes de un préstamo realizado por la provincia de Buenos Aires, 1.000.000 del Banco de Descuentos, y una suscripción anual para integrar acciones por un monto de $ 200 cada una. La administración del Banco estaría a cargo de un Directorio.
El 18 de mayo de 1826, se dictó la Ley de Enfiteusis por la cual las tierras públicas cuya venta había sido prohibida por estar afectadas a la garantía de la deuda con Inglaterra, se entregaban en enfiteusis por no menos de 20 años, contados a partir del 1 de enero de 1827.
La culminación normativa fue la Constitución de 1826. En sus 191 artículos agrupados en 10 secciones, organizaba al país bajo el sistema representativo, republicano y unitario. En la última sección se imponía la presentación del texto constitucional a la aprobación de las provincias y de la capital. Las primeras se manifestaron en desacuerdo. Esta oposición fue el golpe final para el Congreso. Rivadavia fomentó las sociedades por acciones, con capitales británicos, para la explotación de recursos minerales.
En lo que hace a la guerra, si bien al comienzo de las hostilidades las fuerzas imperiales eran mayores a las republicanas, las Provincias Unidas derrotaron a Brasil en muchas batallas en una lucha de tres años por tierra y mar; siendo la Batalla de Ituzaingó, la más importante.
Sin embargo, los problemas económicos y políticos generados en ambos estados, en especial, el bloqueo de la Armada de Brasil al puerto de Buenos Aires y el impase en tierra (dado que Colonia del Sacramento y Montevideo estuvieron bajo el control de Brasil durante todo el conflicto) aconsejaron iniciar las tratativas de paz. En 1827, el ministro plenipotenciario argentino Manuel José García, excediéndose en su misión, firmó un acuerdo preliminar de paz con los brasileños que reconocía la soberanía del Imperio sobre la Provincia Oriental y se comprometía a pagarle a Brasil una indemnización de guerra. El presidente Bernardino Rivadavia lo declaró como el «tratado deshonroso», rechazándolo y presentando posteriormente su renuncia. El conflicto continuó hasta el 27 de agosto de 1828, cuando los representantes del gobierno de la República de las Provincias Unidas del Río de la Plata, y el Emperador del Brasil, firmaron la Convención Preliminar de Paz, que acordó la independencia de la Provincia Oriental y el cese de las hostilidades.

Gobierno de Juan Manuel de Rosas (1829-1852)

Retrato del Brig. Gral. Juan Manuel de Rosas 1845
En 1829 Juan Manuel de Rosas, federal y porteño, asumió el gobierno de la provincia de Buenos Aires, con "Facultades Extraordinarias", y conservando la delegación de las relaciones exteriores por parte de las demás provincias. Gobernó hasta 1832 con mano de hierro y fuertes rasgos personalistas. Rosas realizó una campaña en la Patagonia, donde luchó contra algunas tribus indígenas y negoció con otras, para ampliar la frontera hacia el sur del país. Desde 1832 hasta 1835 se sucedieron tres gobernadores débiles: Juan Ramón Balcarce, Juan José Viamonte, y Manuel Vicente Maza. Los tres renunciaron por presión del rosismo, y el último de ellos a causa del asesinato del caudillo Facundo Quiroga en Barranca Yaco, ideado por los hermanos cordobeses Reynafé. En 1833, Gran Bretaña ocupó las Islas Malvinas.
En 1835, en medio de esta anarquía, Juan Manuel de Rosas fue elegido gobernador de Buenos Aires, con el agregado de tener la "Suma del Poder Público", es decir, los tres poderes del Estado resumidos en su persona. Un posterior plebiscito popular legitimó en forma amplia su designación. Inició una política económica proteccionista, aunque sin fomentar explícitamente nuevas industrias, y realizó pactos interprovinciales (como el Pacto Federal). También impuso medidas que favorecen a los sectores populares como la prohibición total de la compra-venta y el tráfico de esclavos negros, que ya habían adquirido la libertad de vientres luego de la revolución de mayo. Con sus atribuciones también inició un régimen que se caracterizó por la persecución de los opositores — bajo el lema "Mueran los salvajes unitarios" — que en muchos casos fueron ejecutados, asesinados u optaron por exiliarse en países limítrofes. Su política centralista desató sublevaciones en su contra en el Interior del país y su autoritarismo generó la oposición de los romanticistas de la "Generación del 37", grupo de jóvenes intelectuales influyentes, entre ellos Juan Bautista Alberdi, Esteban Echeverría, y Domingo Faustino Sarmiento, que desde el Salón Literario criticarán duramente al régimen.
Entre 1838 y 1840, Rosas enfrentó el Bloqueo Francés, establecido por el rechazo a aceptar beneficios para ciudadanos franceses. La acción también promovió revueltas y unificó a la oposición pero fue levantada, resultando fortalecido Rosas, quien luego venció a la poderosa Coalición de las provincias del Norte, y sitió Montevideo entre 1843 y 1851 para ayudar al ex presidente uruguayo Manuel Oribe, derrocado en su país. Luego en 1845, resistió de forma admirable el Bloqueo naval Anglo-Francés en la Batalla de la Vuelta de Obligado, y logró aplastar una última sublevación de la provincia de Corrientes.
En sus últimos años de gobierno, las renuncias de Rosas se repitieron simbólicamente; el caudillo entrerriano Justo José de Urquiza aceptó una de ellas con su denominado "Pronunciamiento" y decidió asumir él mismo las Relaciones Exteriores de su provincia. El caudillo porteño reaccionó con furiosas invectivas, pero su reacción militar fue insuficiente: se enfrentaron en la Batalla de Caseros el 3 de febrero de 1852. En esta batalla, la más grande de la historia sudamericana, el Ejército Grande de 30 000 hombres comandados por Urquiza, (que incluía tropas de Brasil, Uruguay, Entre Ríos y Corrientes, y exiliados políticos), derrotó al ejército federal de 22 000 hombres. Tras este hecho, Juan Manuel de Rosas inició su exilio en Inglaterra. Quince días después el general victorioso entró en Buenos Aires en un desfile, seguido de fusilamientos de las figuras importantes del rosismo.

Islas Malvinas ocupadas por fuerzas británicas (1833)
La presencia del Estado argentino en las Islas Malvinas terminó 3 de enero de 1833 a través de una operación militar del Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda que tomó el control de las islas luego de que el 20 de diciembre de 1832 la corbeta estadounidense USS Lexington destruyera las defensas militares del asentamiento argentino de Puerto Soledad, en la isla homónima. A pesar de estar en relaciones de paz con la Confederación Argentina, el Reino Unido, con dos buques de guerra desalojaron a la guarnición argentina de 26 soldados, quienes se marcharon dos días después. Desde entonces, las islas han estado bajo dominio británico, excepto durante el breve período de la Guerra de Malvinas en 1982.
Artículos principales: Toma de posesión argentina de las islas Malvinas, Historia de las islas Malvinas y Ocupación británica de las islas Malvinas (1833).

Primeras expediciones a la península Antártica y mares australes
En 1815 el comodoro de marina irlandés al servicio de las Provincias Unidas del Río de la Plata, Guillermo Brown, emprendió una campaña para hostigar a la flota española en el océano Pacífico y al transponer el cabo de Hornos con los navíos Hércules y Trinidad los vientos los llevaron hasta el paralelo 65º S. En la memoria naval institucional llamada Acciones navales de la República Argentina, 1813-1828 escrita por Brown.
Después de dar vuelta el cabo de Hornos y de soportar los vientos reinantes en estos parages, y después de haber llegado hasta los 65 grados de latitud, en cuyo parage la mar se les presentó muy llana con horizonte claro y sereno, sin malos signos, lo que indicaba que no estaban muy lejos de la tierra, el bergantín Trinidad perdió el tajamar.
Algunas fuentes argentinas mencionan que Brown habría avistado tierras antárticas en esa expedición, afirmando que es la razón por la cual en la cartografía argentina suele llamarse Tierra de la Trinidad a la parte más septentrional de la península Antártica (por el navío Trinidad), pero Brown tampoco hizo mención alguna de ese supuesto avistaje en sus Memorias escritas cuando ya se conocía la existencia de la Antártida, en las que se refiere al hecho de la siguiente manera.
Después de dar vuelta al cabo de Hornos, soportando los acostumbrados temporales de viento de esos mares, el bergantín Trinidad, al mando de D. Miguel Brown, mi hermano, perdió el tajamar (al cual están asegurados los barbiquejos de la roda), exponiendo a peligro inminente al bauprés.
El 25 de agosto de 1818 el gobierno de las Provincias Unidas del Río de la Plata otorgó las primeras concesiones para la caza de focas y pingüinos en territorios correspondientes al continente antártico a Juan Pedro de Aguirre, quien operaba con los buques Pescadora Director y San Juan Nepomuceno. En el petitorio que Aguirre había presentado el 18 de febrero solicitó autorización para la instalación de un establecimiento para caza de lobos marinos en alguna de las islas existentes a la altura del Polo Sur.
La primera tierra descubierta en forma confirmada al sur del paralelo 60° S fue por el inglés William Smith a bordo del bergantín mercantil Williams, mientras navegaba desde Buenos Aires a Valparaíso, desviado de su ruta al sur del cabo de Hornos, el 19 de febrero de 1819 avistó la extremidad nordeste (punta Williams) de la isla Livingston. Denunció su descubrimiento en Valparaíso, pero no le fue creído y en otro viaje volvió a desviarse alcanzando el 16 de octubre de 1819 la isla Rey Jorge. Bautizó al archipiélago como Nueva Bretaña del Sur y tomó posesión de él a nombre de la corona británica, dando a conocer sus descubrimientos al llegar a Montevideo cuando esta ciudad formaba parte de las Provincias Unidas del Río de la Plata.
El foquero argentino Spiritu Santo al mando del capitán Carlos Tidblom (o Timdblon), fue seguido en septiembre de 1819 desde las islas Malvinas por el brig estadounidense Hercilia (al mando de Nathaniel Palmer) alcanzándolo en la isla Decepción en las Shetland del Sur. El hecho de que estos foqueros se dirigieran a las islas con rumbo fijo suele ser considerado como prueba de que las conocían anteriormente.

 El 10 de junio de 1829 el gobierno de la provincia de Buenos Aires dictó el decreto de creación de la Comandancia Político Militar de las Islas Malvinas incluyendo a las islas adyacentes al Cabo de Hornos, lo que interpreta en Argentina como que incluyó a las islas antárticas.

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